¿Eres muy caluroso y lo pasas mal durmiendo en los meses de verano? ¿Vives en un lugar donde el calor es una realidad todo el año, y quieres contrarrestarlo con un colchón que no dé calor extra al que ya persiste en el ambiente? Vale, no aspiramos a que nuestro colchón nos refresque, porque no existen los colchones auto refrigerados, ni tendrían sentidos si lo que queremos es preservar nuestra salud, pero sí existe una gran diferencia entre colchones desde el punto de las sensaciones térmicas que éstos transmiten, hasta el punto que podemos hablar de colchones de verano y colchones de invierno.
La firmeza, la durabilidad y los tratamientos contra ácaros y alérgenos, son las principales inquietudes de los compradores de colchones, pero a éstas se unen la parte térmica. Todos sabemos que existen colchones frescos y colchones cálidos, que en función de su diseño y de su estructura, tenemos colchones más adecuados para los meses de frío y de calor. ¡Vamos a concretar un poco, para que sepas qué colchón elegir para no pasar calor en exceso en verano, o en una región en la que el calor es una constante!
Qué colchones se recomiendan para el verano
Por lo general, siempre se han recomendado los colchones de muelles ensacados para el verano, o para personas que sufren mucho el calor durante el descanso nocturno, debido a que son los que, por su naturaleza, permiten una mayor y mejor circulación de aire. Algunos colchones de espuma o de visco perforada, igualmente, también pueden contar con una buena ventilación.
El núcleo del colchón, su parte más gruesa, es la que determina en mayor medida el nivel de circulación de aire del colchón, algo fundamental a la hora de crear una cama fresca, pero las capas superficiales también desempeñan un papel importante. De esto ya hablamos al explicar qué colchones se adaptan al cuerpo. Grosso modo, diseños que las superficies pensadas para adaptarse mejor al cuerpo y generar una sensación de confort, son a su vez las más cálidas. Las capas superficiales de viscoelástica y de látex, por tanto, no son las más aconsejables si lo que buscamos es un colchón fresco, con buena ventilación y sensación de frescor.
Pero hoy en día existe una especialización tal en la fabricación de los colchones, que no conviene generalizar. Lo mejor si queremos comprar un colchón que no de calor, o lo más adaptado posible a nuestras características, sean cuales sean, es acudir a una tienda especializada en colchones, y exponerle al personal cualificado nuestras necesidades: queremos un colchón con un alto nivel de transpirabilidad, y que aporte sensación de frescor.
¿Los colchones viscoelásticos dan calor?
Aunque no conviene generalizar, es cierto que un núcleo viscoelástico, por mucho que cuente con microperforaciones, no nos va a proporcionar nunca la máxima sensación de transpirabilidad y frescor. Pero, como decíamos, la técnica ha avanzado muchísimo y hoy en día nos encontramos con colchones viscoelásticos que no dan calor en exceso, o no tanto como al principio.
Uno de los avances relacionados con este hecho es el uso del grafeno en las capas superficiales, en sustitución del visco. Puedes ahondar más en este tema visitando nuestra página de colchones viscoelásticos con grafeno.
Por supuesto, si lo que queremos es fresco, siempre diremos no a los colchones de látex, pero ante todo, debemos confiar en los profesionales especializados en el tema a la hora de elegir un colchón para verano.
Cómo hacer una cama fresca y agradable en verano
Aparte de la elección del colchón, hay una serie de consejos que debemos tener en cuenta si lo que queremos es crear una cama para verano agradable, lo más fresca posible:
- Si nos lo podemos permitir, no está de más usar un colchón para invierno y otro colchón para verano, cada uno adaptado a las necesidades de cada época.
- Siempre es mejor colocar un colchón para verano sobre un somier mejor que sobre un canapé, pues un somier permite la circulación de aire desde el bajo del colchón, mientras que un canapé es estanco.
- Es súper importante vestir la cama en verano para el verano, de la misma forma que nos vestimos con ropas diferentes en función de la época del año. Sábanas frescas, colchas de verano, etc.
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