A mucha gente le cuesta horrores poder conciliar el sueño por las noches… Tal es la gravedad en algunos casos, que hay gente que se plantea utilizar fármacos para poder descansar. Sin embargo, nosotros creemos que ese debe ser un último recurso, pues hay alternativas igual de efectivas, que son mucho más naturales y saludables. ¿Te interesa saber cómo dormir profundamente sin pastillas?
Aunque en las farmacias se pueden encontrar montones de fármacos relacionados con potenciar el sueño, lo cierto es que creemos que eso debe ser solo para casos extremos, y siempre con la aprobación de nuestro médico de cabecera. Y es que, como hemos dicho, existen alternativas mucho más saludables, que realmente funcionan, y que cambiarán tu vida a mejor. ¡Vamos a conocerlas!
10 consejos para dormir profundamente sin usar pastillas
La solución al problema de la falta de sueño está, en la mayoría de los casos, en nuestras propias manos. Sí, has leído bien, nosotros somos quienes, cambiando una serie de aspectos en nuestro día a día, podremos modificar nuestro estilo de vida para lograr el objetivo de dormir y descansar mejor. Veamos cómo podemos hacerlo:
Para empezar, vamos a establecer un período de tiempo de 2 horas antes de irnos a la cama, que lo dedicaremos a «construir» el sueño para poder descansar. En ese tiempo, realizaremos una serie de sencillas tareas que, si las adoptamos como hábitos diarios, conseguiremos el tan ansiado descanso perfecto por las noches. A continuación, detallamos esas pequeñas tareas:
- Evitar tomar líquidos.
Ya que levantarse al baño es una de las causas que nos impiden descansar correctamente y del tirón por las noches, vamos a tratar de limitar la ingesta de líquidos en esas 2 horas previas a meternos en la cama. ¡Pero sin olvidar hidratarnos bien el resto del día! - Practicar ejercicio ligero.
¿Cómo vamos a conseguir que nuestro cuerpo descanse, si no está cansado? Un sencillo ejercicio físico de baja intensidad (como un pequeño paseo o una sesión de yoga ligera) puede conseguir que, al llegar el momento de acostarnos, nuestro cuerpo se ponga en «modo descanso» y durmamos mejor. - Evitar las cenas contundentes.
A todos nos encanta comer, pero por la noche no es lo más saludable… Es preferible apostar por una cena muy ligera, de pocas calorías, y lo más temprano posible. Así, no tendremos problemas de digestiones pesadas ni de reflujos cuando estemos en la cama. - Eliminar la cafeína y otros estimulantes.
Si lo queremos es poder dormir, debemos evitar a toda costa aquellos productos que nos estimulen y nos quiten el sueño. El café, el té, o las bebidas energéticas son los mayores enemigos del sueño, así que procura eliminarlos de tu día a día. - No tomar alcohol.
Al contrario de lo que muchos piensan, las bebidas alcohólicas no ayudan a dormir, sino todo lo contrario. Sí, puede que beber demasiado te «amodorre», pero te aseguramos que ese sueño no es de calidad, pues se trata de un sueño fragmentado (del que te despiertas repetidas veces) y que no es reparador (te levantarás tanto o más cansado que la noche anterio). Así que fuera el alcohol. - Preparar el dormitorio.
Si nos rodeamos de un ambiente agradable, será más fácil conciliar el sueño. Por eso, tu dormitorio debe ser un lugar acogedor. Tenlo bien ordenado, y con una cama cómoda. También es importante tenerlo bien ventilado, y a una temperatura fresca que invite al descanso. - Buscar el relax.
El nerviosismo y la ansiedad te impedirán dormir con facilidad, por lo que debes tratar de relajarte antes de irte a la cama. Hay quien se relaja con un baño calentito, leyendo un libro o escuchando música tranquila. También puede ayudar hacer una lista con todo lo que hay que hacer al día siguiente, para tener la tranquilidad de que no nos olvidaremos nada importante. - Dejar de lado las pantallas.
El móvil, la televisión o el ordenador son dispositivos que sobreestimulan nuestro cerebro a base de luces, colores y sonidos… Si los dejamos de lado esas 2 horas antes de irnos a la cama, nuestro cerebro estará más relajado, y eso nos facilitará el sueño. - Reducir la luz ambiental.
Las horas previas a irte a acostar deberías ir reduciendo el nivel de luz ambiental. Si tienes un regulador de intensidad, puedes ir atenuando gradualmente la luz de tu casa. Si no lo tienes, puedes optar por lámparas que tengan bombilla de luz cálida. ¡Ah! Y recuerda que para dormir mejor es preciso disfrutar de una oscuridad absoluta en el dormitorio, ya que así se genera la melatonina que nos ayuda a descansar. - Respirar correctamente.
Al acostarte, busca una postura que te resulte cómoda, pero que también te permita respirar con facilidad. Sería muy interesante que tratases de respirar siempre por la nariz. No solo porque es lo más saludable, sino también porque así evitarás algunos problemas que te pueden despertar en plena noche, como sequedad bucal (tendrás la necesidad de levantarte a beber), ronquidos o apnea del sueño.
Si consigues adoptar todos estos pasos como una rutina diaria, te aseguramos que, en muy poco tiempo, notarás sus resultados. Por las noches, te dormirás antes, descansarás mejor, y te levantarás con la energía a tope cada mañana. ¿Te animas a probar?