Si queremos aprovechar los bajos de las camas como espacios de almacenaje, y queremos una cama del menor tamaño posible, nuestra solución está en el catálogo de canapés de 80 cm.
Todos los que vas a ver en esta página son canapés para camas de 80. En todos los casos podrás acceder al espacio interior a través de un sistema abatible de brazos hidráulicos. En unos casos con apertura frontal, y en otros con apertura lateral, al ser completamente simétricos podrás decidir en el momento de instalarlos en casa, hacia qué lado quieres que se abra tu canapé de 80 centímetros.
Partiendo del mismo ancho, como es lógico, en función de largo que queramos no sólo teniendo en cuenta el tamaño de la persona que vaya a dormir en la cama, sino también del espacio de almacenaje con el que queramos contar (y todo ello, a su vez, condicionado por el tamaño de la habitación en cuestión), podremos comprar un canapé de 80 de ancho por 180, 190 o 200 cm. de largo.
Canapés abatibles de 80×180
Las camas de 80 cm. de ancho son las más vendidas entre las más pequeñas. Las de 70, de hecho apenas tienen mercado. Por eso, al ser camas destinadas a niños pequeños (en muchos casos, se trata de una primera cama de niño), lo más normal es decantarse por comprar un canapé de 80×180 cm. (el de mayor equilibro ancho / largo).
Canapés abatibles de 80×190
Pero si vemos que nuestro hijo va a ser alto, y queremos que vaya algo más sobrado en cuanto a espacio, o bien queremos tener un plus de espacio de almacenamiento, nuestro consejo es comprar un canapé de 80×190. Sigue siendo equilibrado, pero nos da un plus de juego en cuanto a tamaño de largo.
Canapés abatibles de 80×200
La máxima aspiración en cuanto a tamaño partiendo de un ancho de 80 centímetros, pasaría por comprar un canapé de 80×200 centímetros. A la vista, al ser más del doble de largo que de ancho, se refuerza la sensación de estrechez. Pero, efectos visuales aparte, se trata de una medida de canapé para niños con el mayor largo posible.
La diferencia de precio entre un canapé de 80 cm. y un simple somier es evidente, y está justificada por el mayor empleo de materiales. Pero si podemos permitírnoslo, y no andamos precisamente sobrados de espacio en casa, la opción de un canapé supone un desahogo enorme para las familias, al hacer las veces de prácticos zapateros, jugueteros, arcones de ropa para los cambios de temporada.
Incluso cuando se trata de un canapé pequeño de 80×180, es un espacio que no desperdiciamos dejándolo vacío, quedando a merced del polvo y las zapatillas perdidas.
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