Cuando nacemos, crecemos y aprendemos una lengua, no solemos preguntarnos por qué esto o aquello se dice y escribe de una manera, y no de otra. Tenemos una lengua heredada, una lengua que va evolucionando y enriqueciéndose, y la usamos sin más, convirtiéndonos sin saberlo en agentes activos de esa evolución.
Decíamos que no solemos preguntarnos por el origen de las palabras, pero a veces sí. Cualquier persona con un poco de curiosidad se puede estar preguntando ahora mismo por el origen de cualquier palabra en concreto, y preguntarse por qué se llaman colchones los colchones es algo a lo que nosotros, como especialistas en colchones, nos hemos sentido en la obligación (y en el deseo) de responder.
La mayoría de la gente que se pregunta por el origen de la palabra colchón, lo hacen debido a su relación con la palabra colcha, siendo la una aumentativo de la otra, pero teniendo en realidad un significado bastante diferente. Si una colcha es una cobertura, y un colchón es una pieza rellena que sirve de sostén de nuestro cuerpo mientras dormimos, más allá de formar parte ambas palabras del campo semántico del descanso, no parece que, como objeto, un colchón sea una versión aumentada de una colcha en ningún aspecto. ¿Eso crees?
Etimología de la palabra colchón
Hilando con lo anterior, el caso es que la etimología de la palabra colchón sí establece una relación directa entre colchón y colcha. De hecho, debemos entender que los primeros colchones poco tenían que ver con los actuales, y por tanto, el parecido entre una pieza rellena de material para ablandar el lecho, y una pieza rellena de material para abrigar la cama, era más que razonable como para entender el aumentativo de «colchón» con respecto a la palabra de origen: «colcha».
Preguntarse por la etimología de colchón, por tanto, es preguntarse por la etimología de la palabra colcha, que según el diccionario de Juan Corominas, proviene del latín «culcita» (edredón).
De culcita a colcha, y de colcha a su aumentativo, colchón, con un significado diferente. Pero de colcha también han derivado otras muchas palabras, como colchoneta, acolchar, colchonero, etc.
Una curiosidad es que la palabra colza (la planta de flor amarilla de la brassica napus, de la cual se extrae el aceite de colza, tristemente conocido en España por la contaminación alimentaria que tuvo lugar a comienzos de los años 80) parece derivar en el español de la misma palabra latina «culcita». Es sólo una hipótesis, pero nos hace pensar que tal vez los primeros colchones o colchas se rellenaran con colza, y de ahí la derivación del término.
¿Es o no es maravilloso indagar en el origen de las palabras?